Cuando escuchamos un «relleno» durante una dieta, fruncimos el ceño. Normalmente estamos hablando de carnes rebozadas para poder crear ese «interior», o de quesos pesados para poder crear ese efecto. Sin embargo es más sencillo de lo que parece, y tan solo necesitamos un poco de maña y práctica.
No solo será una excusa para innovar a la hora de comer carne de pollo, sino que incluiremos otros ingredientes valiosos a la mezcla, quedando un resultado de diez, a pesar de tener pocas calorías.
Ingredientes de las Pechugas Rellenas Fit
- 3 pechugas de pollo ecológico
- 6 lonchas de queso gouda
- 6 lonchas de jamón serrano (no embutido)
- Espinacas al gusto
- Tomate al gusto
- Leche suficiente para macerar
- Aceite, sal y pimientas al gusto. Yo utilizo pimientas rojas y negras para dar un toque más picante.
Gustará incluso a los niños, gracias a lo vistoso que es el queso gouda al calor.
Preparación
- Cortamos las pechugas al medio, abriendo cada mitad respectivamente como si fuese un libro. Las piezas así cortadas, las dejamos reposar en leche varias horas a baja temperatura, en el frigorífico. En esa misma leche, se recomienda sazonar al gusto.
- Extendemos los filetes de nuevo con los cortes realizados, y disponemos la loncha de queso, y posteriormente la de jamón.
- Cortamos rodajas de tomate lo más finas que podamos, colocamos y encima una capa de espinaca cocida previamente.
- Enrollamos los filetes con el relleno en el interior, y atamos con un hilo de cocina para que no se rompan. Refrigeramos en la nevera para que adapten la forma.
- Con un pincel de cocina, untamos de aceite de oliva la carne y salteamos en una sartén a fuego medio, para que se selle y no suelte demasiado jugo y quede reseco.
- Colocamos los filetes en una bandeja para horno, con superficie para no perder la salsa que suelte la carne, y calentamos a 160-180º hasta que doren por completo.