Hacer una mousse es relativamente fácil y es una receta apta para los cocineros más principiantes. Todas las mousses, ya sean con ingredientes dulces o salados, se preparan con la misma base de ingredientes. Lo único que puede variar es su cocción: al baño maría o simplemente metiéndolas a la nevera.
Actualmente gracias a la tecnología y a la creación de útiles aparatos de cocina, podemos preparar una deliciosa mousse en la comodidad de nuestra casa gracias a nuestro robot de cocina. Este electrodoméstico evitará que ensuciemos de más y nos facilitará mucho la elaboración de este postre. Podemos encontrar algún robot de cocina compatible con esta receta en este artículo.
Ingredientes de la Mousse de Chocolate
- 300 gramos de chocolate negro
- 50ml de leche entera o semi-desnatada
- Edulcorante natural al gusto
- 170 gramos de mantequilla
- 8 huevos
Preparación
- En primer lugar, con el modo turbo del robot, procederemos a pulverizar nuestro chocolate. Reservamos para usarlo después.
- Separamos las claras de las yemas. Ponemos la paleta mezcladora y en la jarra del robot de cocina incorporamos las yemas junto al edulcorante y la leche. Seleccionamos la velocidad 4 a 80º C durante 3 minutos aproximadamente. Cuando transcurra ese tiempo, quitamos la temperatura y batimos 1 minuto más.
- Una vez estén las yemas batidas, añadimos el chocolate pulverizado y la mantequilla. Bajamos la velocidad de nuestro robot, al 2, y batimos durante 1 minuto más o menos. Guardamos nuestra mezcla en la nevera.
- Limpiamos bien la jarra con abundante agua para proceder con la otra mitad de la elaboración.
- Echamos las claras, de una en una, y, a velocidad 5, las batimos hasta llevarlas a punto de nieve. Ya batidas y montadas, vertemos nuestra mezcla anterior y la incorporamos junto a las claras, poco a poco y con movimientos envolventes.
- Ponemos nuestra mousse de chocolate en recipientes o vasitos, donde más nos guste, y refrigeramos durante unas horas.
¿Qué es una mousse?
A la hora de invitar a nuestros amigos y familiares a cenar a casa lo más complicado es pensar qué menú ofrecerles. Hay que valorar si existe alguna alergia previa, tener en cuenta los gustos de cada uno, y, sobretodo, intentar no sobrepasar el presupuesto fijado. Una vez establecidas estas pautas, las opciones del menú se reducen; un buen pavo asado, costillas asadas o un nutritivo caldo pueden ser excelentes elecciones pero … ¿y el postre? Lo mejor si hemos preparado una cena copiosa es finalizar la velada con un postre ligero y fácil de comer, como es, por ejemplo, una mousse.
Una mousse es un postre de consistencia cremosa o esponjosa que puede ser tanto dulce como salado. Su composición está hecha a base de varios ingredientes, dependiendo del sabor de la mousse, mezclados con claras de huevo llevadas a punto de nieve o, en su defecto, con crema de leche batida. Este postre podemos tomarlo tanto en épocas frías como calurosas, no importa la estación.
Historia de la mousse
Este postre es originario de Francia. Su nombre, «mousse», se traduce al castellano como «espuma» a pesar que en el mundo gastronómico no lo sea.
La primera vez que la mousse aparece en un recetario de cocina es en 1755, más concretamente en el que lleva por nombre Les Soupers de la Cour, cuyo autor fue el cocinero francés Menon. En dicho recetario podíamos encontrar la receta de tres tipos de mousse: de café, de chocolate y de azafrán. Estas tres recetas se elaboraban con nata batida a la que se podía añadir las claras de huevo. Estas primeras mousses se servían en vasitos de cristal o plata y se recomendaba guardarlas en hielo unas horas antes de su consumo.