Recetas tradicionales de pescado en San Pascual, Madrid

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Este barrio de Madrid, desarrollado en la segunda mitad del siglo XX, comparte las tradiciones culinarias madrileñas generales. Por ejemplo, en el Mercado de San Pascual, su mercado municipal (inaugurado en 1965) ofrece pescaderías con pescado fresco, pero las preparaciones típicas son las mismas que en el resto de la ciudad.

Incluso la Cafetería Yolanda del mercado se especializa en paella los jueves, un plato heredado de la gastronomía valenciana que los vecinos disfrutan semanalmente. En eventos locales como la ruta “Tapeando por San Pascual” (organizada durante San Isidro 2021), algunos bares presentaron tapas creativas de pescado, como un ceviche de mejillones, mostrando la incorporación de tendencias modernas pero no una receta tradicional del barrio como tal.

Es útil mirar la gastronomía de pescado de Madrid en general (también adoptada en San Pascual y barrios vecinos como Ventas o Pueblo Nuevo). Madrid, pese a ser una ciudad interior sin costa, posee una rica tradición de platos de pescado gracias a la llegada de pescado salado (bacalao) desde antiguo y al transporte de pescado fresco desde el norte de España desde el siglo XVIII. A continuación, se destacan especialidades castizas con pescado que forman parte de la cultura local madrileña y que también se disfrutan en el distrito de Ciudad Lineal:

Besugo a la madrileña (besugo al horno):

Es quizás el plato marinero más emblemático de Madrid. Consiste en un besugo entero asado al horno, tradicionalmente acompañado de rodajas de limón, verduras (como cebolla y patata) y cubierto con una capa de pan rallado con ajo y perejil, bañándolo con vino blanco y su propio caldo (fumet). Su historia se remonta a finales del siglo XVIII, cuando la Corte autorizó un “camino expedito” para traer pescado fresco desde puertos del Cantábrico y el País Vasco (Bermeo, Castro Urdiales, Santoña, Santander) hasta la capital. Gracias a eso, el besugo al horno se popularizó en Madrid y se convirtió en un plato típico de las cenas navideñas locales, especialmente en Nochebuena. Hoy es un clásico en muchos restaurantes madrileños y sigue siendo muy apreciado en la cultura culinaria de la ciudad.

Soldaditos de Pavía (bacalao rebozado)

  • Esta tapa castiza consiste en tiras de bacalao desalado, marinadas (tradicionalmente con limón y pimentón dulce) y luego rebozadas en harina o tempura con un toque de color azafrán, que se fríen hasta quedar doradas. Suelen servirse acompañadas de tiras de pimiento rojo (frito o en conserva) – de ahí el contraste de colores que recuerda al uniforme de los húsares del Regimiento de Pavía, lo que habría dado nombre al plato. Aunque el origen de los soldaditos de Pavía es andaluz, en Madrid se consumen desde el siglo XIX y se consideran parte del repertorio tradicional de tabernas y aperitivos madrileños. De hecho, la famosa Casa Labra (taberna fundada en 1860 cerca de Sol) ha popularizado esta tapa en la capital desde hace más de 150 años​. Los soldaditos de Pavía forman parte de la cultura de tapeo castiza: se toman típicamente con un vaso de vino o vermú, y aunque han pasado de moda por temporadas, siguen presentes en bares clásicos de barrios de Madrid (incluyendo algunos de Ciudad Lineal) como símbolo de la gastronomía local.

Bocadillo de calamares

  • Es la especialidad informal más famosa de Madrid y también se disfruta en San Pascual a través de bares y cafeterías del barrio. El bocadillo de calamares consiste en anillas de calamar rebozadas en harina y fritas en aceite de oliva, servidas dentro de un pan crujiente, a veces con un toque de limón o mayonesa. A pesar de ser un plato humilde, se ha convertido en “todo un emblema de la capital”, un icono de la cocina madrileña desde hace más de un siglo. Su popularidad se originó por la necesidad de consumir pescado en días de abstinencia de carne (como la Cuaresma) y gracias a ingeniosos métodos de conservación: en el siglo XVI ya se traían pescados y mariscos a Madrid usando pozos de nieve para mantenerlos frescos durante el viaje desde la costa. Luego, en el siglo XIX, la influencia andaluza en la capital introdujo la técnica del rebozado para frituras. Los calamares, por ser asequibles y sin espinas, se volvieron la opción ideal para servir en bocadillo, aportando sabor y sustento. Bares célebres como El Brillante (junto a Atocha) y varios alrededor de la Plaza Mayor hicieron de este sencillo bocata la comida rápida castiza por excelencia. Hoy, prácticamente cualquier barrio madrileño —San Pascual incluido— puede ofrecer un buen bocadillo de calamares, reflejando cómo una tradición del centro histórico permeó a todos los distritos.

Estos platos de pescado, aunque no nacieron en San Pascual, forman parte de la identidad gastronómica madrileña que también abraza el barrio. Gracias a la distribución moderna (por ejemplo, Mercamadrid garantiza desde 1982 el suministro diario de pescado fresco a los mercados municipales de barrios como San Pascual, tal como la Pescadería en el Barrio de la Concepción), las recetas tradicionales de mar en Madrid se preparan en hogares y restaurantes de toda la ciudad. Así, los vecinos de San Pascual disfrutan en su mesa de ese legado culinario: desde un besugo al horno en Navidad hasta unas raciones de bacalao o un bocata de calamares en cualquier época. En resumen, no existe una receta exclusiva de San Pascual con pescado, pero el barrio comparte y preserva los sabores marineros castizos madrileños, adaptándolos a su vida cotidiana y celebraciones locales, lo que mantiene viva la tradición gastronómica en la zona.

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